Lina & Julián

El talento de este dueto de hermanos es innato. Cuando apenas eran unos níños su padre, el músico Ángel María Valencia, los inscribió en el Conservatorio del Valle del Cauca, para que le siguieran sus pasos.

Y así fue. Lína y Julián acaban de demostrar en Viña del Mar que son dignos representantes de una herencia musical que muy pocos artistas se atreven a rescatar: el folclor nacional. Se presentaron tres veces, llegaron a la final de su categoría y obtuvieron el tercer lugar entre artistas de Cuba, Panamá, México, Argentina y Chile, los anfitriones.

Ahora el productor y compositor colombiano radicado en Miami, Kike Santander, los quiere entre sus estrellas.
Mientras los hermanos Valencia preparan su segundo disco, recuerdan los obstáculos que han superado. La carrera profesional de Lina y Julián despegó el día que decidieron conformar uno de los duetos más jóvenes del país. "Mi papá era requintista y todos los, días tocaba la guitarra, así empezó nuestro gusto por la música colombiana".

La infancia de Lina y Julián no fue como la de cualquier niño. En las mañanas asistían al colegio, en la tardes tomaban clases en el conservatorio y luego practicaban hasta altas horas de la noche.
"Mientras que Julián sacrificó su fútbol -agrega Lina-, yo tuve que olvidarme de mis muñecas, dejar de asistir a paseos y no jugar con mis amiguitas".
Empezaron tocando la flauta dulce, instrumento básico del conservatorio, y años más tarde Lína se inclinó por la guitarra clásica y Julián por el violín. Mientras ellos pasaban por alto su cumpleaños, su padre no desaprovechaba oportunidad para presentarlos en reuniones familiares o en concursos musicales.

Al terminar el bachillerato, cada uno tuvo claro qué camino seguir. Se inscribieron en la Universidad del Valle y estudiaron por tres años licenciatura musical. Su obsesión por la música iba más allá. Alternaban sus estudios con presentaciones por todo el país.
Ganaron los concursos Príncipes de la Canción Garzón y Collazos, en Ibagué en 1995, y el Festival Nacional de Duetos Hermanos Moncada, en Armenia, en el 2001. Así obtuvieron reconocimiento entre los expertos y los seguidores de la música folclóríca colombiana.

Sin embargo, vivieron una gran decepción cuando al grabar con Sony Music su primer disco, Colombia fresca, las ventas no superaron los 4.000 discos. "Lamentablemente son muy pocas las emisoras que apoyan la música andina colombiana y comercialmente no funcionó". Tuvieron que vender su música casi puerta a puerta y en escenarios como Corferias, en Bogotá.
No faltó quien les recomendara terminar su carrera. Pero no se dieron por vencidos y siguieron haciendo presentaciones en todo el país, hasta que el año pasado lograron hacer su primera gira por los Estados Unidos.

En Miami ya cuentan con el respaldo de Kike Santander. Desde que los vio cantando por primera vez, les propuso la producción de dos de sus nuevas composiciones musi cales, que esperan esté en el mercado nacio nal durante el segundo semestre de este año.
A los 32 y 26 años de edad, Lina y Julián empiezan a abrirse paso internacionalmente. Su fórmula ahora será sumarles a sus bambucos, pasillos y valses la interpretación de bachata y baladas pop.

DISCOGRAFÍA

1. Virgencita (Gabriel Villegas)
2. Yo te lo decía (Gabriel Villegas)
3. Eres (Gabriel Villegas)
4. Yo no sé (Gabriel Villegas)
5. Vas a entregarme (Gabriel Villegas)
6. Dulce amor (Lina Castaño)
7. Dale a tu corazón (Oscar Huerta)
8. Mi vieja linda (Gabriel Villegas)
9. Luciérnaga (Julio Nava)
10. Semilla del Valle (Gabriel Villegas)
11. El buen Simón (Gabriel Villegas)